Cancino Adentro, barrio que no escapa a esta realidad social, se ubica en el mapa distrital, para convertirse en parte de la estadística
República
Dominicana vive atrapada en una incoherente desigualdad social. Su origen, sienta sus bases
que según sociólogos, economistas, políticos, religiosos, entre otros, señalan
a un mismo punto: La corrupción. A raíz de la misma se desencadenan todos los
males que arropan a una isla de apenas 9 millones y medio de habitantes.
A Brasil, por
ejemplo, le tomo apenas 8 años sacar a más del 80 por ciento de la población de
su pobreza extrema. Dato significativo cuando tomamos en cuanta que, en este país, el índice
poblacional alcanza los 180 millones de individuos, y que este logro se hizo
aun sin estar suscrito en los llamados Objetivos de Desarrollo del Milenio.
A esto último
nos cabe realizar sólo dos preguntas: ¿Qué son los Objetivos de Desarrollo del
Milenio? ¿Esta República Dominicana preparada para cumplir con estos Objetivos? Lo cierto es que la posición
que adopto el Gobierno Dominicano ante la Cumbre de las Naciones Unidas,
representada entonces por el ex presidente de la República, Doctor Leonel Fernández
Reina, y pese a que este acuerdo se pacto en el año 2000 para sentar sus bases
en el 2015, fue la siguiente “República Dominicana no esta preparada y no podrá
cumplir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio”.
Casas en completo deterioro
A pesar de la
creciente economía que, según el ex mandatario, se reflejaba cada año en
nuestro país, la indigencia, la pobreza extrema, y sobre todo la tajante
desigualdad social que irradia en el suelo quisqueyano, no tiene fecha de
vencimiento.
Y es notable, sólo hay que caminar por cualquiera de los barrios de la capital
dominicana para ver manifestado este hecho, como en este caso lo hiciéramos en
Cancino Adentro.
En pleno siglo XXI
En un pequeño
recorrido realizado por el referido barrio no hay que hacer un gran esfuerzo
para notar en lo inmediato el desequilibrio social que afecta a miles de
dominicanos.
Casas que al mirarla no pensaríamos que estamos en pleno corazón de la ciudad
capital y mucho menos que arribamos a la segunda década del siglo XXI. La
desigualdad se mueve a un grado tal que prime el crecimiento y la falta de
oportunidades en muchos sectores marginados que continúan siendo parte, en lo
aparente, del olvido.
La falta de oportunidad para una vida digna
Pero, ¿cómo
enfrentar esta gran desigualdad que viven la sociedad dominicana? Es obligatoria tocar nuevamente
el punto en cuestión: corrupción. Muchos expertos aseguran que nuestro país
tiene una cultura de corrupción. Sus raíces, según otros, se basa en el
descuido a gran escala que han hecho los gobiernos dominicanos con la
educación, y por no brindar, como hemos mencionado ya, más oportunidades a los
jóvenes.
Al observar las
imágenes de barrios como Cancino Adentro notamos los siguientes puntos: gran cantidad de niños
realizando trabajos domésticos en horarios que en realidad ameritan más bien
estar en centros educativos; así como buscando algún sustento de vida, trabajos
informales, o en otros muchos casos delinquiendo.
Hay expertos
que aseguran que la desigualdad social que se refleja en muchos de estos
barrios, es un esquema perfectamente diseñado para acomodar las mentes de los
individuos y
en muchos casos se limiten las aspiraciones de estos, optando sólo vivir por lo
necesario y no aspirar a superarse, viendo las mismas como sueños inalcanzables,
lo que hace a los ricos más ricos, y a los pobres, más pobres, ya que estos últimos,
en su estado de conformidad, son victimas de atropellos y abusos, muchas veces
por la falta de conocimientos y preparación, desconociendo los derechos que
como ciudadanos les corresponde.
Cancino
Adentro, por ejemplo, con una población de más de 100 mil habitantes, esta
limitado en todas las dimensiones de la palabra. Lo es el hecho de que no existen áreas
verdes, ni complejos deportivos, tampoco existen clubes para que los jóvenes
convergen, o instituciones que desarrollen la capacidad de estos, pero lo que
es peor, para esta extensa cifra poblacional sólo existe una escuela rural, la
cual, según datos ofrecidos por la directora de la misma, Carmen del Villar, hay
una superpoblación estudiantil que cuadriplica el número de estudiantes por
aula por profesor.
Carmen del villar, directora Centro Rural Cancino Adentro
¿Qué trae esto
a coalición? Muchos padres declinan a la hora de inscribir a sus hijos en la
escuela, al final todo cae en el mismo círculo vicioso ya que estos niños que
no asisten a centros educativos terminan en las calles, improvisando trabajos,
pidiendo limosnas o delinquiendo. Una muestra importante de este último punto
señalado lo es la cantidad significativa que va en aumento de menores que
cometen delitos y terminan en correccionales. Las estadísticas revelan que los
barrios marginados, como Cancino Adentro, son los que colaboran a mayor
cantidad con la producción de delincuentes.
Niño arriesgándose en vez de estar en la escuela
Lo cierto es que el gobierno dominicano no ha estructurado un esquema que a largo o corto plazo erradique de una vez y por todas este mal que desequilibrar la estabilidad de nuestra sociedad, no ha estructurado alguna estrategia para que en poco tiempo, por lo menos uno de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio pueda ser cumplido.
Recuadro de Apoyo
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio son