La reanudación de los combates volvió a plantear problemas de seguridad en la región, dos días después de que el colapso de la presa de Kajovka, en el río Dniéper, desencadenó una labor apresurada para evacuar a los residentes de decenas de zonas inundadas y llevar ayuda a los que seguían allí.
Funcionarios de ambas partes dijeron que al menos 14 personas murieron a causa de las inundaciones, miles más se quedaron sin hogar y decenas de miles no cuentan con agua potable tras el colapso de la presa. Kiev acusó a Moscú de detonar la presa y su central hidroeléctrica, la cual estaba bajo control de las fuerzas del Kremlin, mientras que Rusia aseguró que el ataque fue obra de Ucrania.
Las inundaciones han arruinado cultivos, desplazado minas terrestres, provocado daños ambientales generalizados y han sentado las bases para que se produzca una escasez de electricidad a largo plazo. Imágenes exclusivas de The Associated Press captadas con drones mostraban la presa en ruinas desplomada sobre río y cientos de casas, invernaderos e incluso una iglesia sumergidos.
Río arriba de la presa, un suministro de agua utilizado para enfriar la termonuclear más grande de Europa se acercaba a niveles críticamente bajos, informó la empresa hidroeléctrica estatal ucraniana. Pero el organismo de vigilancia de energía atómica de la ONU dijo el miércoles que ya se iniciaron labores para garantizar que la central nuclear de Zaporiyia tenga suficiente agua de reserva para enfriar sus reactores apagados, en caso de que los suministros disminuyan demasiado.
La oficina de Zelenskyy señaló que las fuerzas de Moscú continúan atacando zonas controladas por Ucrania cerca de la central nuclear, la cual está bajo control ruso.
Las inundaciones trajeron más desdicha y muerte a un país que ya sufre de incontables bajas luego de 15 meses de guerra.
Vladimir Leontyev, el alcalde designado por Moscú de Nova Kakhovka, una ciudad aledaña a la presa bajo ocupación rusa, declaró a la televisión estatal rusa que cinco de sus habitantes habían muerto en la inundación. Y el gobernador de la región de Mykolaiv, Vitalii Kim, dijo que una persona falleció en esa región ubicada al noroeste de la ciudad de Jersón.
Yevhen Ryshchuk, alcalde de la ciudad sureña de Oleshky que huyó después de que la localidad fuera capturada por los rusos, declaró a The Associated Press que los habitantes le habían informado que hasta el momento habían muerto ocho personas por las inundaciones y había cadáveres flotando sobre la superficie. Su recuento no se pudo verificar de inmediato.
Los residentes de Oleshky han acusado a las autoridades rusas de la ciudad de no hacer lo suficiente para ayudar a los civiles, y han formado un grupo de más de 8.000 personas que comparten mensajes con información como la de residentes varados y atrapados.
Ryshchuk afirmó que las fuerzas rusas no están dejando que la gente deje la ciudad y, en su lugar, están confiscando las embarcaciones de residentes y los voluntarios. Así lo confirmaron dos voluntarios, quienes dijeron a la AP que los militares rusos se estaban llevando las embarcaciones que trajeron los voluntarios. El voluntario Yaroslav Vasiliev dijo que el ejército ruso confiscó tres botes de voluntarios el miércoles.
Desde lejos, los familiares de los residentes de Oleshky dijeron que las fuerzas rusas sólo evacuaban a personas que tuvieran pasaporte ruso.
"Mis familiares dijeron que los soldados rusos llegaron hoy a la casa en barco, pero dijeron que sólo se llevarían a los que tuvieran pasaporte ruso", declaró Viktoria Mironova-Baka, de 32 años, en una conversación telefónica con la AP desde Alemania.
En la ciudad de Jersón, la región más grande afectada por las inundaciones, los ataques rusos resonaban no muy lejos de una plaza donde los equipos de emergencia y voluntarios entregaban ayuda. Nueve personas resultaron heridas, incluidos dos trabajadores de emergencia, un policía, un doctor y un voluntario alemán.
Mientras los proyectiles caían sobre las aguas de la inundación, los equipos de rescate suspendieron sus intentos por llegar hasta los residentes y mascotas varadas en la zona que Zelenskyy había visitado sólo unas horas antes, según informaron las autoridades a AP.
"Los ataques comenzaron durante la evacuación de los residentes, cuyas casas estaban inundadas", dijo el Ministerio del Interior. "Rusia ha abandonado a la población en desgracia en la parte ocupada de la región de Jersón. Sigue impidiendo que Ucrania salve lo más valioso: vidas humanas".
Zelenskyy visitó un punto de distribución de ayuda y un centro médico en Jersón, ordenando a los funcionarios que proporcionen una "valoración justa" de la devastación para compensar a los residentes, señaló su oficina en una actualización.
El presidente ruso, Vladímir Putin, "no tiene previsto por el momento" visitar las zonas afectadas bajo control de Moscú, declaró el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
El gobernador de la región, Vladimir Saldo, quien fue nombrado por Moscú para supervisar la zona ocupada por Rusia, acusó a los soldados ucranianos de disparar contra un punto de evacuación en Hola Prystan, un poblado bajo control de Rusia. Saldo dijo en una publicación de Telegram que dos personas murieron, entre ellas una embarazada de 33 años, y que otras dos resultaron heridas. No fue posible verificar inmediatamente su versión.
Los combates se han intensificado a lo largo de los más de 1.000 kilómetros (620 millas) de la línea de frente, desde Jersón, en el mar Negro, hasta la frontera de Ucrania con Rusia, en lo que algunos expertos y funcionarios dicen que podría ser parte de una anticipada contraofensiva ucraniana. Kiev ha dicho que no anunciará el inicio de ninguna campaña de este tipo.
La destrucción de la presa obligó a Naciones Unidas y a las autoridades locales a señalar que las preocupaciones más urgentes en las zonas afectadas eran el acceso al agua potable y evitar el contacto con aguas contaminadas con explosivos y sustancias químicas industriales.
Según las autoridades, más de 6.000 personas han sido evacuadas a ambos lados del río. Aún no se conoce la verdadera magnitud del desastre en una zona afectada que alguna vez albergó a más de 60.000 personas.
Fuente: AP