El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva se reunió con el jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, el miércoles para mantener conversaciones sobre un acuerdo comercial intercontinental, pero sus diferencias con la Unión Europea sobre la guerra en Ucrania resultaron evidentes.
La UE y el Mercosur, integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, celebraron un amplio acuerdo comercial en 2019. Pero la ratificación quedó en un impasse durante la presidencia del predecesor de Lula, Jair Bolsonaro, debido a los temores por los estándares medioambientales y el proteccionismo agrario europeo.
Tras la firma de acuerdos bilaterales, Lula y Sánchez realizaron una conferencia de prensa en la cual la simpatía entre los dos mandatarios de centroizquierda saltó a la vista, pero sus divergencias sobre Ucrania crearon cierto ambiente de tensión.
DETENER LA GUERRA
“No hay dudas de que condenamos la violación de los derechos
de Ucrania por Rusia a partir de la invasión, pero no sirve para nada decir
quién tiene la razón o no. Hay que parar la guerra”, dijo Lula. Trazó una
equivalencia entre las guerras libradas por los miembros permanentes del Consejo
de Seguridad de las Naciones Unidas y la invasión de Ucrania al recordar la
invasión estadounidense de Irak en 2003 sin mandato de la ONU.
Lula reiteró su llamamiento a un “G20 de la paz” integrado por países nominalmente neutrales que ayude a poner fin al conflicto en Ucrania. Los miembros permanentes del Consejo de Seguridad “son los que venden más armas el mundo”, e insinuó que países como Brasil, Egipto y Sudáfrica pudieran ser los mediadores.
Previamente, Lula había dicho que la restauración de la paz en Ucrania era necesaria debido a los efectos de la guerra sobre los precios globales de alimentos y fertilizantes.
Lula aseguró a sus interlocutores en Madrid que Brasil está comprometido con la cooperación internacional, recitó una lista de los mandatarios del mundo con los que se ha reunido desde su reelección y expresó su intención de reunirse con muchos más.