La violencia frecuentemente se hace presente en la política. Así ha sucedido en México en años recientes, cuando se manifiesta en el contexto de los procesos electorales.
El asesinato cometido en contra del empresario Fuentes Brito admite la interpretación del suceso en sí, de que fue para robar el vehículo en el que transitaba y el azar lo alcanzó. Pero debido a su perfil, también existe la posibilidad de que su muerte esté conectada a sus vínculos políticos. Eso tendrán que aclararlo las autoridades.
Es un hecho que la Autopista del Sol, en su tramo Chilpancingo – Iguala configura un escenario propicio para que la delincuencia actúe. La violencia es frecuente, afecta a las autoridades locales, estatales y federales. La omisión de las autoridades en la aplicación de la ley a quienes alteran el orden se convirtió en impunidad para unos e inseguridad para otros.
En el contexto político actual de disputa por el poder, que sea asesinado el cercano colaborador de un aspirante a la presidencia provoca un lógico enrarecimiento del ambiente.
En procesos electorales de años recientes, candidatos a puestos de elección popular que no fueron del agrado o convenientes para los intereses de grupos delincuenciales sufrieron atentados o fueron asesinados. La violencia no es extraña en la política y el contexto nacional en el que diariamente se cometen asesinatos que no son perseguidos, significa que la impunidad existe.
Con tantos años de violencia, en el estado de Guerrero en donde se registra el asesinato de una persona cada ocho horas y la información sobre estas muertes algunos la consideran “normal”, el asesinato del empresario José Guadalupe Fuentes Brito se puede convertir en un número más de la estadística del crimen.