Los países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) podrían asumir hoy compromisos específicos para ayudar a Haití en caso de aprobar una propuesta de resolución que será sometida en la sesión que se desarrollará desde el 21 hasta el 23 de junio.
El canciller dominicano Roberto Álvarez llegó ayer a Washington, Estados Unidos, para participar en el período de sesiones, donde presentará las posiciones del gobierno respecto a Haití.
El documento que será sometido insta a los estados miembros y a los observadores a la "facilitación inmediata de la seguridad, la asistencia humanitaria, prestación de apoyo para la protección de los derechos humanos y el fortalecimiento de la democracia en Haití". Uno de los objetivos es suplir los recursos necesarios para la celebración de elecciones.
Para el excónsul haitiano en República Dominicana, Edwin Paraison, esta iniciativa tendrá éxito si se toma en cuenta la realidad política en términos de liderazgo gubernamental en Haití y los intereses geopolíticos que dividen a los países con relación a la nación caribeña.
En la decisión que se tome –dice- es necesario buscar la mejor fórmula para ambos niveles porque "los haitianos estamos divididos y no logramos un real acuerdo respecto a la transición, pero igual la comunidad internacional que quiere ayudar".
Considera que la comunidad internacional ha jugado un rol protagónico en la crisis de Haití por lo que su participación en la búsqueda de soluciones es una obligación moral.
"La OEA ya había hecho un mea culpa el año pasado; debe verse esta iniciativa como una manera de cumplir con su parte. Sin embargo, ya el mes que viene tendremos dos años de un gobierno de transición que no ha podido cumplir mínimamente con su misión pese a recibir al menos el apoyo político de los países más influyentes en el escenario haitiano", advierte Paraison, también presidente de la fundación Zile.
Primero la seguridad
El internacionalista Nelson Espinal Báez afirma que de esta reunión debe salir una hoja de ruta y definiciones de responsabilidades concretas para cada país, y que el primer tema al que se le debe prestar atención es a la seguridad.
"Debe ser aprovechada para poner en primer lugar de la agenda de la cooperación con Haití la seguridad, sin la cual no podrán tener avances significativos las ayudas humanitarias, la recuperación de la institucionalidad, la gobernabilidad y mucho menos elecciones democráticas", reflexiona el politólogo.
Espinal Báez es optimista en que los países cumplan sus compromisos de controlar y evitar el tráfico de armas, reforzar la frontera y los puertos, junto a la asistencia a la policía haitiana.
En el proyecto de resolución acordado por el Consejo Permanente en la sesión ordinaria celebrada el 16 de junio de 2023 se insta a los estados miembros y observadores permanentes a brindar ayuda inmediata y fondos en materia de seguridad para fortalecer institucionalmente la Policía Nacional y mejorar su capacidad operativa.
También, para aumentar las capacidades de seguridad fronteriza y portuaria y evitar el tráfico ilícito de armas de fuego.
En caso de aprobarse, solicitarán al Grupo de Trabajo para Haití que promueva y fomente el establecimiento de una Misión Conjunta OEA-Caricom de Asistencia Electoral y Fortalecimiento de la Democracia que "facilite la prestación de asistencia en materia de seguridad, infraestructura y preparativos de carácter jurídico y técnico para unas elecciones inclusivas, libres, justas y creíbles, así como para la transición democrática en Haití, tan pronto como las condiciones lo permitan".
En cuanto a ayuda humanitaria, los estados americanos se comprometerían con integrar sus compromisos y aportaciones a los que ya están suministrando los socios internacionales y regionales establecidos.
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