Estados Unidos saludó un acuerdo de "protección social" alcanzado en México entre el gobierno y la oposición de Venezuela, que permitió un alivio inmediato de las sanciones impuestas por Washington a Caracas.
"Nos unimos a la comunidad internacional en saludar el reinicio de negociaciones" entre las dos partes, luego de casi un año y medio de parálisis, expresó una alta fuente del gobierno estadounidense sobre las tratativas relanzadas en México.
El informante señaló que el acuerdo da cuenta de "importantes pasos en la dirección correcta" en Venezuela, que recibió minutos después un alivio de sanciones con la autorización de Washington a Chevron para retomar parcialmente sus actividades de extracción petrolera en el país caribeño.
Según el Departamento del Tesoro, Chevron puede retomar en parte las actividades de la empresa de la que es copropietaria en Venezuela con la estatal Petróleos de Venezuela (PdVSA), si se asegura que "PdVSA no reciba ningún ingreso de las ventas de petróleo realizadas por Chevron".
La medida "refleja la política de largo plazo estadounidense que apunta a un levantamiento de sanciones sujeto a avances concretos" que aminoren el sufrimiento del pueblo venezolano y permitan "respaldar el regreso de la democracia" a Venezuela, señaló el Tesoro.
El Departamento de Estado por su parte precisó que las demás sanciones siguen vigentes y que Estados Unidos seguirá aplicándolas "vigorosamente".
En una declaración conjunta, Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido y Canadá "acogieron con beneplácito la decisión de reanudar el diálogo" entre ambas partes, a las que pidieron "demostrar su buena voluntad para alcanzar un acuerdo global que conduzca a la celebración de elecciones libres y justas en 2024, la rehabilitación de las instituciones democráticas y el fin de la crisis humanitaria en Venezuela".
También aseguraron su "disposición a revisar el paquete de sanciones en caso de progresos sustanciales de parte del régimen" de Caracas.
El pacto gobierno-oposición liberaría recursos venezolanos bloqueados en el extranjero, según había adelantado el gobierno, sin precisar dónde se encuentran esos fondos ni su monto.
Feroz opositor a una flexibilización de la presión contra Caracas, el influyente senador demócrata Bob Menéndez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, estimó que el acuerdo de este sábado es "un paso urgente y necesario para enfrentar la miseria y el sufrimiento del pueblo venezolano".
Pero agregó que no se hace "ninguna ilusión" sobre la "súbita voluntad" del presidente venezolano Nicolás Maduro de actuar en "el mejor interés de su pueblo" y advirtió que si busca usar las negociaciones "para ganar tiempo" y "consolidar aún más su dictadura criminal, Estados Unidos y sus socios internacionales deben volver con toda la fuerza a las sanciones".
El también senador Rick Scott, del Partido Republicano, remarcó en cambio que "no existe un escenario en el que Estados Unidos deba negociar con matones como Maduro y su vil régimen".
Venezuela está bajo sanciones estadounidenses y europeas que buscan promover la salida de Maduro del poder, pero agravan al mismo tiempo la crisis económica que golpea al país sin lograr los resultados buscados.
Maduro y Washington han tenido contactos directos luego de la invasión rusa de Ucrania y su impacto en los precios del crudo.
El gobierno estadounidense admitió públicamente que el petróleo venezolano podría ser útil en un mercado internacional de precios altos y un contexto de fuerte inflación en Estados Unidos debida, en buena medida, al incremento de precios de la gasolina.
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