La campaña del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, favorito para la segunda vuelta de las elecciones en Brasil, dejó de lado el rojo predominante en sus propagandas y lo cambió por el blanco, en nombre del "amor y la paz".
Ese cambio cromático-político, según han admitido fuentes de la campaña, apunta a reforzar el amplio frente progresista que Lula ha conformado y aún intenta ampliar para derrotar, en la segunda vuelta del próximo día 30, al actual mandatario y líder de la ultraderecha, Jair Bolsonaro.
En la primera vuelta del pasado día 2, Lula se impuso con un 48.4 % de los votos, frente al 43.2 % que obtuvo Bolsonaro.
El rojo representa en la política brasileña al Partido de los Trabajadores (PT), fundado por Lula en 1980, pero algunos de los nuevos aliados que se han sumado al frente progresista han insinuado que no se sienten reflejados en ese color, propio de la izquierda.
Una de ellas ha sido la centroderechista Simone Tebet, tercera en la primera vuelta con un 4.1 % de los votos y quien ahora integra la campaña de Lula para la segunda ronda del 30 de octubre.
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