La asistencia incluye unos dos millones de dólares en provisiones y suministros que serán entregados a través de organizaciones no gubernamentales independientes que tienen experiencia y ya están trabajando en la isla directamente con las poblaciones afectadas, expresó a The Associated Press una la funcionaria que pidió mantener su nombre en el anonimato siguiendo con la política del gobierno estadounidense.
“Estamos respondiendo a un desastre, trabajando con nuestros socios de asistencia humanitaria internacional para enviar asistencia crítica directamente a los más necesitados”, dijo la funcionaria en una entrevista telefónica antes de un anuncio oficial dado a conocer poco después. “Apoyamos a la población cubana y seguiremos buscando formas de mejorar su bienestar político y económico”.
El dinero de la asistencia de emergencia se ofrecerá a “socios internacionales de confianza” como la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, a través de la Agencia para el Desarrollo Internacional, más conocida como USAID por su nombre en inglés.
El anuncio tiene lugar más de dos semanas después de que Ian castigó la región occidental de la isla, a fines de septiembre, provocando daños extensivos en su tendido eléctrico. La población aún no se ha recuperado de los apagones por completo y existe descontento, especialmente en las áreas rurales.
Cuba ya enfrentaba antes de Ian una profunda crisis energética especialmente después de un incendio que en agosto devastó un depósito de petróleo a unos 96 kilómetros de La Habana, una fuente clave de energía.
Las protestas tras los apagones fueron las más numerosas desde las masivas manifestaciones callejeras de julio de 2021, que surgieron por problemas similares. Las detenciones de manifestantes han provocado fuertes denuncias internacionales de violaciones a los derechos humanos, tanto de países como Estados Unidos como de organizaciones no gubernamentales.
Aunque los dos países mantienen tensas relaciones, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, expresó su agradecimiento al ofrecimiento de ayuda humanitaria de Estados Unidos y confirmó que llegará a través de la Federación Internacional de la Cruz Roja. En un mensaje en su cuenta de Twitter @BrunoRguezP dijo que la asistencia contribuirá con los esfuerzos de recuperación y apoyo a los damnificados.
En la entrevista con AP, la funcionaria dijo que tras la tormenta, Estados Unidos se comunicó con las autoridades de la isla para que saber cuáles eran las necesidades y cómo podían ayudar. La asistencia, sin embargo, llegará directamente a la población, explicó. Dijo que a través de esas conversaciones la administración supo que las mayores necesidades están en la restauración de refugios y en los alimentos.
“La asistencia irá a través de esas organizaciones para suministrar servicios en Cuba”, dijo en la entrevista telefónica en inglés desde Washington. “No irá al gobierno ni no será suministrada en dinero en efectivo ni con cupones a la población cubana”.
En algunas ocasiones las autoridades cubanas han acusado a Estados Unidos de aprobar ayudas para entidades no gubernamentales que en realidad enmascararían a grupos de cubanos disidentes de Florida, a los que han señalado de presuntamente apropiarse del dinero.
No es la primera vez que el gobierno estadounidense ofrece ayuda humanitaria a Cuba por desastres naturales. Lo hizo en 2008 tras el paso del huracán Gustav, y entre 2004 y 2006 tras los huracanes Charley, Dennis y Wilma. En todos esos casos fue también a través de organizaciones no gubernamentales.
El actual anuncio representa un pequeño paso para descongelar las heladas relaciones entre ambos países. Desde hace más de seis décadas Estados Unidos ha impuesto una serie de embargos a Cuba. Durante el gobierno del presidente Barak Obama esas restricciones fueron parcialmente suavizadas, pero luego volvieron a implementarse con una política de sanciones y mano dura hacia Cuba dispuesta por la administración siguiente, de Donald Trump.
Aunque el presidente Joe Biden ha aliviado un puñado de medidas para acercar a las familias —como los viajes y el envío de remesas— ha dejado vigentes otras de la era Trump que han socavado fuertemente la economía de la isla. El gobierno ha anunciado también que reanudará los servicios de visado, tras la reapertura de la embajada que permaneció cerrada por una serie de incidentes de salud.
A través de varias leyes el embargo ha ido cambiando, pero sigue vigente y sólo puede ser levantado con una autorización del Congreso estadounidense.
Fuente: AP
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