“Hoy le pedí perdón a Haití por el asesinato de su presidente cometido por mercenarios colombianos”, señaló Petro en su cuenta de Twitter.
En el magnicidio de Moïse, el cual ocurrió el 8 de julio del 2021, hay unos 18 exmilitares colombianos involucrados, la mayoría de ellos presos en Puerto Príncipe.
Sin embargo, la investigación en torno al magnicidio sigue estancada en Haití. A un año del asesinato y pese a numeroso arrestos, aún pululan teorías, pero sin que se haya traducido en acusaciones puntuales o sentencias contras los implicados.
Desde Estados Unidos se ha establecido que el asesinato fue planeando desde ese país y contó con la participación de ciudadanos haitiano-estadounidenses.
Así mismo, investigan el rol de CTU, una compañía basada en Florida que contrató a algunos de los exsoldados colombianos y otros que terminaron implicados en el asesinato.
CTU, además, es la empresa de seguridad a la que acudió Christian Sanon, un pastor haitiano-estadounidense que quería ser presidente de Haití y que algunos creen fue el cerebro de la operación. Algo que Sanon, bajo arresto en Puerto Príncipe, niega.
Por su parte, los colombianos presos en Haití dicen que les tendieron una trampa y en prisión han denunciado que los han torturado para que se endilguen la responsabilidad del crimen.
Sus familias en Colombia abogan por un juicio justo, pues las investigaciones en el caso no han tenido avance.
Además, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) extendió la medida cautelar para los colombianos detenidos en Haití, lo que serviría para salvaguardar la integridad de ellos.
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